20/04/2020
Por el aislamiento social, preventivo y obligatorio implementado por el Gobierno Nacional, la parálisis en el sector es total: más de 1.300 talleres cerrados y 50 mil empleos en peligro. Incertidumbre absoluta sobre el futuro.
El momento por el que atraviesa el sector del GNC es el peor en toda su historia: el número de conversiones es negativo por primera vez desde que este combustible alternativo se instaló en Argentina.
La actividad había logrado repuntar en los últimos meses del 2019
y el primer bimestre de este año, pero desde marzo, cuando el Gobierno impuso el aislamiento obligatorio, la situación se tornó catastrófica. Según datos del Enargas, las conversiones del mes de marzo fueron 8.553 frente a las 12.336 del mismo mes del 2019. Y en lo que va de abril la parálisis es absoluta: en su mayoría los talleres de conversión tienen sus puertas cerradas y los pocos que abren lo hacen para brindar un servicio acotado como la venta de obleas o una revisión rápida.
Los empresarios del sector aseguran que, debido a este freno en la actividad, los casi 50 mil empleos que da la actividad, están en peligro.
“El sector está totalmente parado. Los talleres sólo tienen la posibilidad de abrir para dar un servicio mínimo. Se trata de la renovación de oblea por el uso del GNC en vehículos, pero esa alternativa sólo está vigente para policía, servicios médicos, bomberos, y los pocos particulares que tienen permiso para circular. Después todo el resto de los instaladores y sus servicios directamente no está operando”, comentó a iProfesional Horacio Magrath, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos Completos (CAPEC), la entidad que aglutina al grueso de los actores del rubro.
“No somos la excepción en cuanto a las dificultades para sostener los alquileres y completar el pago de los sueldos. Si bien entendemos y compartimos que lo primero es privilegiar la salud, se da por descontado que para cuando esto pase habrá talleres que, de forma definitiva, no volverán a abrir. Veníamos de un enero y febrero con mucho trabajo y después entramos en esta caída”, añadió.
Este momento es peor al que atravesó el sector en el año 2016, cuando las conversiones cayeron un 70 por ciento. “Se cubrieron los sueldos de marzo y ahora confiamos en que se podrá hacer lo mismo con abril. El problema será si la cuarentena se extiende todavía más y comprende a mayo. A eso hay que sumarle una preocupación extra: el aumento del dólar. Buena parte de los insumos que requiere la actividad son importados y este movimiento perjudicará los precios finales cuando se termine la cuarentena”, agregó el dirigente.