20/05/2024

En una región marcada por sus inviernos rigurosos, el acceso al gas natural se convierte en un privilegio que marca la diferencia económica entre las familias.

Con miles de hogares en Río Negro y Neuquén dependiendo de alternativas como leña, gas envasado y artefactos eléctricos para calefacción y cocina, el costo de mantener el calor en el hogar se ha vuelto exorbitante.
Para aquellos que no tienen la suerte de contar con gas de red, cada invierno se convierte en un desafío financiero, donde el cálculo meticuloso de los gastos se vuelve una tarea habitual. A pesar de los recientes aumentos tarifarios, el gas natural sigue siendo la opción más económica, ofreciendo la comodidad de tener todo al alcance de una perilla y una factura mensual.
Sin embargo, para un hogar promedio en Bariloche, equiparse con los elementos básicos de cocina, termotanque y una calefacción modesta para los momentos más críticos del día implica un desembolso mensual que fácilmente supera los $100.000.
Este cálculo conservador varía según múltiples factores, desde la cantidad de personas en el hogar hasta los dispositivos utilizados y el nivel de aislamiento de la vivienda. La dirigente vecinal Cecilia Betancourt señala que el costo de la calefacción y la cocina representa una carga financiera significativa para muchas familias, algunas de las cuales no pueden permitirse cubrir ni siquiera el mínimo necesario y se ven obligadas a soportar el frío.
La situación se agrava para aquellos que dependen de opciones más costosas, como el gas envasado, cuyo precio ha aumentado considerablemente en los últimos años. Una garrafa de 10 kilos puede costar hasta $15.000 en la planta distribuidora, una cifra que se incrementa significativamente al acercarse a los hogares, llegando a alcanzar entre $21.000 y $25.000 en las despensas locales. Esta realidad ha multiplicado por cinco o seis los costos en comparación con el invierno de 2023, superando con creces el ritmo de crecimiento de los salarios.
En medio de estas dificultades económicas, muchas familias recurren a alternativas como la leña, una práctica que evoca épocas pasadas pero que ha vuelto a ser una necesidad en la región. Sin embargo, la leña ahora es un recurso escaso y costoso, con precios que oscilan entre $20.000 y $25.000 por metro cúbico. Incluso las opciones más asequibles, como los troncos de pino, tienen un costo elevado y representan un desafío logístico para su transporte y almacenamiento.
Otra alternativa común es el uso de la electricidad para calefacción y cocina, aunque este método también ha experimentado un aumento significativo en los costos de servicio, con facturas que pueden superar los $120,000 al mes. En este contexto, el acceso a programas de asistencia como el Plan Calor municipal se convierte en un alivio temporal, pero insuficiente para cubrir las necesidades reales de las familias más vulnerables.
En resumen, el costo de mantener el calor en el hogar en regiones como Río Negro y Neuquén ha alcanzado niveles alarmantes, superando fácilmente los $100,000 mensuales por familia y obligando a muchas personas a sacrificar otras necesidades básicas para poder sobrevivir al invierno.