18/06/2022

Por la caída de la producción de gas licuado de petróleo, el 80% del GLP que consumen 16 localidades abastecidas por Hidenesa, la petrolera de la provincia de Neuquén, se transporta en camiones provenientes de Bahía Blanca.

Como consecuencia de la declinación natural que vienen registrando en los últimos años los yacimientos convencionales, los puntos de suministro de GLP en la provincia del Neuquén comenzaron a mermar su producción, lo que generó la necesidad de acudir a Bahía Blanca, el principal nodo de fraccionamiento del gas de Neuquén y de las cuencas del sur del país, donde compañías como TGS y MEGA recuperan los componentes más ricos del gas natural, los líquidos (etano, propano, butano y gasolina natural).

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“Desde 2019 en adelante comenzamos a hacer mayor cantidad de viajes a Bahía Blanca y se ha acentuado aún más este año, por la baja de la producción de GLP en El Portón, que es nuestro punto de abastecimiento más cercano”, explicó a Más Energía el presidente de Hidenesa, Sergio Schroh.
La compañía neuquina tiene un cupo para este año de 31.100 toneladas de GLP aprobado por Secretaría de la Nación, sobre un total de 150.000 toneladas para todas las subdistribuidoras del país. Ese volumen es subsidiado por el Estado nacional.
En Neuquén, para transportar esas cargas, se necesitan 1200 viajes de camiones, el 80% provenientes de Bahía Blanca. En invierno, por la mayor demanda, se mueven entre 50 y 60 equipos para abastecer a las localidades neuquinas. Los mayores costos de la logística son absorbidos por el Tesoro de la provincia.
En verano, como el consumo baja drásticamente, Hidenesa se abastece de productores locales que separan el gas en los yacimientos. “Tenemos alguna noticia alentadora que indica que desde el año que viene se va a poner en marcha alguna nueva planta de separación en provincia, lo cual aliviará un poco las finanzas de Hidenesa y del Estado”, dijo Schroh.
Según trascendió, productoras tienen planificadas importantes inversiones en instalaciones de procesamiento de gas en la zona de Loma La Lata para recuperar los gases ricos de la producción de Vaca Muerta, que estarían disponibles a partir de 2023.
Sin embargo, a largo plazo, el desarrollo de Vaca Muerta -además de obras en transporte- requerirá de una nueva planta de turboexpander criogénico, que demandará una inversión del orden de los 1000 millones de dólares, y que permitiría generar exportaciones de GLP por hasta 500 millones de dólares al año. La locación debe definirse entre Bahía Blanca o Neuquén y deberá ir acompañada de un poliducto de más de 570 km hasta el puerto bonaerense.