En nuestro país 18 millones de personas utilizan de alguna manera el gas licuado de petróleo (GLP). Ya sea a través de las populares garrafas 10 kilos o de los cilindros de 45 kilos. También con los tanques a granel que se ven en los campos. Se trata de una energía polivalente con, literalmente, miles de aplicaciones. Es portátil, puede transportarse, almacenarse y utilizarse prácticamente en cualquier lugar de nuestro extenso territorio.